sábado, 5 de marzo de 2011
El baul
Como es de suponer , me apresure a contarle todo lo que sabia, cosas que tal vez tenia que haber hecho antes . Pero no iva a ser facil que los camaradas de nuestro capitan y sobre todo los dos ejemplares que yo habia conocido , Perro Negro y el mendigo. La orden que me habia dado el capitan de que fuera inmediatamente a caballo en busca del doctor Liversey suponia dejar a mi madre sola a mi madre . La verdad es que parecia imposible que ninguno de los dos pudieramos seguir quedandonos en la casa. Habia que tomar una decision , dicho y echo . Ya se habian prendido las luces cuando llegamos a la aldea , cuando mas le contabamos nuestros problemas , mas se aferraban todos ellos , hombres , mujeres y niños , a la seguridad de sus hogares . Dicen que la cobardia es contagiosa . Declaro que no estaban dispuestan a perder un dinero . Volveremos por donde hemos venido . Por supuesto , yo añadire que iria con mi madre . El corazon se me salia del pecho cuando mi madre y yo emprendiamos camino en medio de la fria noche . Alli estaba tendido de espalda ,como lo habiamos dejado,con los ojos abiertos y un abrazo extendido.Venciendo una enorme repugnancia . Del interior salio un recio olor a tabaco. Entre tanto , no habiamos hallado nada de valor excepto la plata y las barijas . Fue una tarea larga y dificil. No se de donde saque fuerzas para hacer todo aquello.
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